sábado, 24 de marzo de 2007

el comienzo

Normalmente la vida nocturna de mis fines de semana resulta ser agitada, y cuando me refiero a agitada significa que esta llena de humo de cigarrillo, olor a cerveza, a vomito, a amigos borrachos diciéndome que me quieren y yo respondiéndoles lo mismo, a vallenato en una tienda de mala muerte (conocida como rockola), a The doors en mi casa amaneciendo, a discusiones éticas que no llevan a ningún punto, a mi mama rayada por llegar a la madrugada o por hacer escándalo en mi casa, a dormir el domingo hasta las tres de la tarde, a cantar lo que no se, a detener a algún amigo que inicia una pelea, a ver gente que no esta como normalmente es, imágenes grotescas, de sudor, miedo, tristeza y alegría sin sentido, a mirar las calles desoladas y unos cuantos gritos que no hacen la diferencia y muchas cosas más.

Pero hoy es un día diferente hoy no estoy con algún “compinche” que sea mi sancho panza, mi compañero fiel de tragos, hoy domingo 25 de marzo me encuentro a las 12 y media de la mañana, creando un blog. No es para estar decepcionado ni triste, solo es el comienzo de este narrador de sentimientos. Antes de ayer no me tome más de ocho cervezas con un amigo que sin pena, ni tristeza, me abandono en medio de su barrio desolado a las 10 o 10:30 de la noche, pero en mi ser no sentía placer pues sabia que caminaba para llegar a mi casa, a confinarme toda la noche sin otra gota de trago, sin compañía, solo mi música y yo; y esto mientras mi amigo se iba a farrear dichoso de la vida, con unos personajes que no conviene describir en este momento (pero basta decir que uno de ellos se llama “yonyis” para que se hagan a la idea de la clase de amistades), lo importante era que yo estaba a las 12 en mi casa viendo el techo y planeando que me podría deparar el destino del sábado.

Ayer (sábado) me levante tarde con el objetivo de no sentir cansancio ni sueño a la hora de tomar, pero como ya les dije no sucedió nada, la tarde paso sin prisa, hable con un amigo, y se alcanzo a vislumbrar una especie de plan. Pero en realidad el tiempo como el viento no paro, siguió su curso, llegando las 9 de la noche, y así nadie me llamo y yo no llame a nadie. Simplemente me encontré solo al frente del computador, escuchando Laura Nyro para reconfortarme, y con la única y no tan esplendida idea de crear mi blog. Aunque de ninguna forma me siento decepcionado, ni triste, ni feliz, espero que este blog sea útil, y que el otro fin de semana vea otro horizonte y vuelva a mis experiencias que aunque rutinarias son chistoretas y apreciadas.